miércoles, 12 de mayo de 2010

El concepto de palídromos es una frase, palabra o número que se puede leer de izquierda a derecha y de derecha a izquierda (del griego palin dromein, volver a ir hacia atrás). A los número se le llama Capicúa.

Ejemplos de palabras con esta característica:

oso
rotor
seres
ananá
anilina
reconocer
sometemos

Ejemplo de frases:

¿Acaso hubo búhos acá? (de Juan Filloy)
Allí si María avisa y así va a ir a mi silla.
Átale, demoníaco Caín, o me delata. (de Julio Cortázar)
Nada, yo soy Adán. (de Guillermo Cabrera Infante)

En inglés:

Madam, I´m Adam. (James Joyce en su obra Ulysses, Señora soy Adán)
Madam. in Eden I´m Adam. (Señora, en Edén soy Adán)
A man, a plan, a canal: Panamá! (Epitafio del constructor del Canal de Panamá).



Personajes famosos con nombre palíndromo:

Lon Nol (ex-primer ministro de Camboya)
Menem (ex-presidente de Argentina)
Sara Baras (bailarina española)
U Nu (ex-primer ministro de Birmania)

Y al Séptimo día...


El lenguaje es nuestro medio de comunicación entre los seres humanos. Combinamos palabras, formamos oraciones.


En el texto que vamos a ver hoy el autor pretendió dar una característica especial, haciéndolo diferente de los demás.


Introducción al Génesis


Era la nada, y era Dios. Dios dijo: «Que sea la luz». Y la luz fue. Dios la vio y dijo «Esto está muy bien», y fue por más. Creó de tal modo al pez y al mar, al sol y al ave. Dijo Dios el día seis: «Haré un ser como yo». Tomó lodo y con él creó a Adán. Pero como lo vio solo, de su lado hizo a Eva.


Tómate tu tiempo a ver si eres capaz de detectar por tu cuenta propia, cuál es la característica de este texto que lo hace tan especial.


Pues bien, llega el momento y lo revelaré:



todo el párrafo está escrito con palabras de hasta cuatro letras como máximo.

Curiosidades de las Lenguas

Veamos algunos datos muy interesantes sobre los idiomas del mundo, algunas respuestas a preguntas que nos hacemos a diario pero no sabemos las respuestas.
¿cantidad de lenguas vivas? Son 6.912.
¿cantidad de idiomas que están al borde de la extinción? Son 516.
¿cuál es el idioma tiene la mayor cantidad de hablantes nativos? Es el Chino Mandarin.
¿cuál es el idioma más hablado por hablantes no nativos? Es el inglés, son 250 millones de hablantes nativos y 350 millones de hablantes no nativos.
¿cuál es el país en el cual se habla mayor cantidad de idiomas? Es en Papúa Nueva Guinea con 820 lenguas vivas.
¿cuál es el idioma con el alfabeto más largo? Es el idioma oficial de Cambodia, Khamer con 74 letras.
¿cuál es el idioma con el alfabeto más corto? Es el Rotokas con 12 letras, hablada por 4.000 personas en la isla Bougainville, en Papúa Nueva Guinea.

viernes, 7 de mayo de 2010

COMO HACER UN ENSAYO



Un ensayo es una colección de ideas cuyo objetivo es considerar, desarrollar y luego concluir sobre un tema en particular. De hecho etimológicamente viene del latín exagium, o pesar, y este es el tratamiento que se le da a su desarrollo.


Y bueno ¿Cómo hacer un ensayo? Primero, debemos comenzar por buscar un tema; si este es asignado por terceros, no hay problema, pero si debemos escoger un tema por nosotros mismos, podemos tomar algunas recomendaciones. Es siempre aconsejable el acotar la temática; por ejemplo es bueno un ensayo con el título de "La obra literaria de nn" o aún mejor "La influencia de la política en la obra de nn". Por otro lado "las obras literarias" sería un título demasiado amplio y general. De esta manera, podremos ser más específicos en cuanto al alcance de nuestro trabajo, y además dejaremos menos cabos sueltos. También de esta manera nos simplificamos el trabajo de investigación, y por otra parte podremos llegar a títulos atractivos y originales, dándole un valor agregado a nuestra obra.


El segundo paso para hacer nuestro ensayo, una vez que ya tenemos el tema a desarrollar, es la investigación o recopilación de antecedentes e información. En este punto todo sirve, como obras literarias, de críticos, noticias, artículos académicos y revistas especializadas. Se recomienda abarcar la mayor cantidad de información posible, para luego referirse a ella durante el desarrollo del ensayo. Un error recurrente, es citar a diversas fuentes y autores sólo para estar de acuerdo con todos estos contenidos; en un ensayo la honestidad y las ideas propias son de gran valor, por lo que el no estar de acuerdo con alguna idea entre la información recopilada es un planteamiento que se debe incluir.


Otra gran fuente de información que se utiliza para hacer un ensayo en la actualidad, es el Internet. Podemos utilizar los grandes buscadores como Google y Yahoo, más la información que podremos encontrar en redes internas de universidades, si tenemos acceso a ellas. Un punto muy importante al decidir utilizar la Internet como una fuente de información, es ser bastante crítico a la hora de considerar un sitio como candidato para servirnos de ayuda. Esto porque es común encontrar información errónea, publicada de manera intencional o accidental, ya que la red esta abierta a todos los que quieran expresar algo en ella. O sea, debemos primero recorrer el sitio y juzgar su credibilidad antes de utilizarlo como fuente.


Ahora que ya tenemos una idea de las diversas fuentes que utilizaremos, no debemos olvidar el tomar notas de manera crítica mientras leemos el material. Y por supuesto, para cada fuente que vamos decidiendo utilizar, es necesario también anotar la edición, el lugar y fecha de la publicación, junto con el autor, para nuestra bibliografía.


En nuestro tutorial acerca de cómo hacer un ensayo ya hemos avanzado al punto que tenemos el título, las fuentes de información, y además hemos tomado notas críticas de las fuentes utilizadas. El siguiente paso consiste en volver a revisar nuestras notas, para luego ordenarlas dándole un estructura a nuestro ensayo. Podemos agruparlas por la temática que abarcan, para tener una idea de la organización que tendrán los párrafos.


En cuanto a los párrafos de nuestro ensayo, hay recomendaciones importantes. Se deben evitar los párrafos de una sola frase, ya que causan una mala impresión. La idea es presentar un tema con la primera frase, para luego desarrollarlo en el resto del párrafo. En el primer párrafo del trabajo, se debe expresar claramente el tema y objetivo del ensayo. Para tener una idea de cuan largo debe ser cada párrafo, se puede tomar como referencia un tercio del largo de la página, aunque por supuesto esto puede variar dependiendo de las necesidades particulares.


Al final del ensayo, debemos incluir, como mencionamos anteriormente, una lista de las fuentes utilizadas. Por ejemplo, podemos utilizar el siguiente formato: Autor, Obra, Publicación, fecha.
Listo, ahora debemos llevar el ensayo a la computadora e imprimirlo. Algunas recomendaciones al respecto. Corregir la ortografía es una prioridad; faltas ortográficas y en la gramática causan una pésima impresión en el lector o examinador. Una de las tragedias más recurrentes en el mundo de los ensayos son los cortes de luz, que llevan a la pérdida de lo que hemos escrito y organizado. Por este motivo debemos ir grabando a medida que avancemos. Estéticamente, se recomienda el doble espaciado entre líneas y el uso de la indentación o tabulado para comenzar cada párrafo. La numeración de las hojas también es importante.


Finalmente, debemos presentar nuestro ensayo. En este respecto para causar una impresión óptima en el destinatario, se recomienda no corchetear las hojas, sino que utilizar una carpeta transparente que las sostenga a presión. Por lo demás son bastante económicas.


Como una recomendación final de este tutorial sobre cómo hacer un ensayo, debemos siempre pensar en el lector; por este motivo nuestro ensayo debe ser entretenido, bien escrito, correctamente presentado, y por que no, incluso provocador en sus planteamientos.

Globalización



En Chile algunos sectores piensan que la globalización, especialmente en su dimensión cultural, está amenazando la chilenidad, nuestra identidad nacional. Los síntomas de esta amenaza están en todos lados. El campo chileno, sometido a dura modernización, ha dejado de ser el principal centro proveedor de trabajo y de cultura que era antes y por lo tanto los valores rurales tienden a desaparecer; muy poca gente ya asiste a los rodeos y fiestas típicas campesinas. En Septiembre de 1996 el Alto Las Condes, el mall más moderno de Santiago, montó una exhibición de “chilenidad” en sus patios de estacionamiento, poniendo allí algunos fardos de paja, carretas, algunos caballos y personas vestidas de huaso de modo que los niños urbanos que nunca han visto esas cosas (no conocen su identidad) pudieran saber lo que es ser chileno. La paradoja es que, sin duda, el fin de todo esto no fue sólamente un intento por recuperar una identidad que se va perdiendo en la ciudad, sino más bien aprovechar el tema como motivo publicitario, o señuelo para que la gente consuma en las tiendas del interior. So pretexto de salvar la chilenidad se invitaba a la gente a que definiera su identidad en función de las etiquetas y del consumo exclusivo internacionalizado. Y esto más bien remite, aunque veladamente, a un proyecto identitario futuro alternativo que refuerza el fin de la identidad chilena de origen agrario.
Otros síntomas serían que la música chilena se oye cada vez menos e incluso en las ramadas diciocheras, donde la cueca y las tonadas resurgen temporalmente, la gente pareciera preferir bailes extranjeros como los corridos, las cumbias, el tango y la salsa. La observación participante de ramadas en Constitución, el 19 de Septiembre de 1997, concluía que “la música que existía en las ramadas y kioscos correspondía principalmente a cumbias, corridos mexicanos y sólo ocasionalmente a cuecas.”[1][1] Pero más allá de esto, entre la juventud surgen cada vez con mayor fuerza grupos rockeros, raperos y punk que imitan no sólo la música sino también las vestimentas y modos de moverse y actuar de sus originales europeos. Los símbolos patrios han ido perdiendo fuerza: cada vez menos habitantes se molestan en poner banderas chilenas durante las fiestas patrias. Los hábitos alimentarios también han ido cambiando sometidos al bombardeo sistemático de pizzas y hamburguesas americanas, de restaurantes franceses o italianos que van lentamente desplazando los tradicionales platos chilenos. Un número cada vez más importante de actividades profesionales, comerciales y financieras usan nombres extranjeros y operan con un lenguaje salpicado de palabras y expresiones inglesas. Los hábitos de entretenimiento de la población también han ido cambiando y muchos juegos y actividades tradicionales son reemplazados por computadores, videos y juegos electrónicos.
Frente a esta realidad puede argumentarse en dos sentidos diversos. Por un lado se puede sostener que la identidad nacional se ha ido perdiendo o está seriamente cuestionada por el impacto de la globalización. Gabriel Valdés, por ejemplo, sostiene que en el Chile de hoy existiría una “voracidad por importar, tantas veces sin cedazo, ideologías y culturas ajenas; y por enajenar piezas esenciales de nuestra economía, que países más inteligentes guardarían para sí. Parece que en Chile todo está en venta al extranjero, en circunstancias que una Nación requiere cuerpo, instrumentos y servicios propios.”[2][2] Bernardo Subercaseaux, por su parte, argumenta que la falta de espesor cultural en Chile lleva a que la globalización favorezca el surgimiento de microidentidades y produzca un desperfilamiento de la identidad nacional.[3][3] Jacques Chonchol sostiene que “la cultura globalizada de masas que se pretende imponer en todos los países del mundo con el pretexto de la llamada modernización es inaceptable” y que, por lo tanto, es indispensable “adoptar políticas adecuadas para valorizar y reforzar las culturas locales y las especificidades culturales nacionales… y luchar contra la homogenización cultural del modelo dominante.”[4][4]
Por otro lado, se puede sostener que la identidad nacional, bajo el impacto de la globalización, se ha ido reconstituyendo en un sentido diferente, pero de ninguna manera desperfilándose o siendo reemplazada por una cultural universal homogenizada. En otro capítulo del libro "Identidad Chilena" vimos como la tesis de la desterritorialización de la cultura y del surgimiento de una cultura universal de masas, al menos en su forma extrema, no tiene asidero ni forma parte de una comprensión adecuada de la globalización. Pero además, la actitud positiva o negativa frente a la globalización está a veces influída por el concepto de identidad que se tiene. Tal como lo hemos advertido repetidas veces, si se concibe la identidad nacional como un alma inalterable y constituida en un pasado remoto, de una vez para siempre, todo cambio o mutación posterior de sus constituyentes básicos implica no sólo la pérdida de esa identidad sino que además una traición al sí mismo. Por el contrario, si la identidad nacional no se define como una esencia incambiable, sino más bien como un proceso histórico permanente de construcción y reconstrucción de la comunidad nacional, entonces las alteraciones ocurridas en sus elementos constituyentes no implican una pérdida de identidad, sino más bien un cambio identitario normal.
Es necesario aceptar, por lo tanto, que la chilenidad nunca ha sido algo estático, una especie de alma permanente, sino que ha ido modificándose y transformándose en la historia, sin por ello implicar una alienación o traición a un supuesto sí mismo esencial que nos habría constituido desde siempre. Por esta razón resulta tan difícil establecer con claridad la línea divisoria entre lo propio, como algo que debe necesariamente mantenerse, y lo ajeno, como algo que aliena. Pienso que hay que evitar dos extremos. Por un lado hay que evitar una reacción de rechazo en bloque a la globalización y una propuesta de aislacionismo cultural que buscaría salvar la identidad nacional de influencias foráneas y que, por lo demás, sería altamente ilusoria, sino imposible. En el campo de la cultura, los rasgos culturales raras veces “son” propios en el sentido de “puros” u “originales” y más bien “llegan a ser” propios en procesos complejos de adaptación. Muchos de los elementos que tradicionalmente constituyen la chilenidad fueron tomados desde afuera, negociados, adaptados, reconstituidos e incorporados en ciertos contextos históricos.
Fijémonos por ejemplo en dos elementos sustanciales que nadie negaría que han tenido una influencia capital en nuestra identidad: la lengua española y la religión católica. Sin duda que llegaron a ser propias de la mayoría de los chilenos, pero en sus orígenes fueron ajenas, en cuanto vinieron desde Europa. El vino, las empanadas, la guitarra, los caballos, los volantines y el futbol, han llegado a representar aspectos importantes de la chilenidad en determinados momentos, pero todos ellos tienen orígenes europeos. Si quisiéramos imponer una medida estricta de los propio y lo ajeno, deberíamos estar jugando chueca y no futbol, así como hablando una lengua distinta y creyendo en otra religión. En segundo lugar, aquello que en las diversas versiones de identidad se califica de “propio”, es siempre resultado de un proceso de selección y exclusión de rasgos culturales, que se realiza desde la perspectiva de un grupo dominante. Por ejemplo, de los indígenas mapuches habitualmente se selecciona su valor guerrero para incorporarlo a la chilenidad, pero se excluye de ella su lengua, sus costumbres y su religión.
Además nada garantiza que aquello que consideramos “propio” sea necesariamente bueno y debamos mantenerlo a toda costa, sólo por el hecho de ser “propio”. La identidad no solo mira al pasado como la reserva privilegiada donde están guardados sus elementos principales, sino que también mira hacia el futuro; y en la construcción de ese futuro no todas las tradiciones históricas valen lo mismo. No todo lo que ha constituido un rasgo de nuestra identidad nacional en el pasado es necesariamente bueno y aceptable para el futuro. Por ejemplo, uno podría preguntarse si nuestro mal disimulado sentido de superioridad frente a Peruanos y Bolivianos, fruto de una victoria militar en el pasado, es un rasgo que quisiéramos acentuar en el futuro o si, más bien, deberíamos bajarle el perfil en aras de construir vínculos más estrechos, comerciales y culturales con repúblicas hermanas.
Por otro lado, hay que evitar también una reacción de receptividad acrítica que identifica la modernización con un modelo norteamericano o europeo que hay que alcanzar a toda costa y que supondría un cambio drástico o desmantelamiento sistemático de la identidad nacional. Es necesario partir de la base que la identidad nacional no fue constituída de una vez para siempre en un pasado remoto, sino que se va construyendo en la historia con nuevos aportes. Por eso la globalización no puede dejar de afectarla y, en la medida que esto significa comunicarse con otras culturas para aprender de ellas, es bueno que la afecte. ¿No sería provechoso acaso que en algunos aspectos la identidad chilena tanto como la identidad argentina, peruana y boliviana fueran afectadas por un proceso de integración regional y tuvieran que cambiar para abrirse a las contribuciones culturales de los otros? Pero, por otro lado, no se trata de hacer tabla rasa de los modos de vida y valores que han ido formando las prácticas cotidianas y la cultura de un pueblo. De lo que se trata es de tomar los aportes universalizables de otras culturas para transformarlos y adaptarlos desde la propia cultura, llegando así a nuevas síntesis.



Relato



El relato o también llamado cuento largo es una forma de narración cuya extensión en número de páginas es menor a la de una novela e incluso a la de la nouvelle. Aunque el número de páginas no es lo único que se debe tener en cuenta a la hora de determinar un género.
La esencia del relato consiste en contar una historia sin reflejarla en toda su extensión, compactándola y poniendo el énfasis en determinados momentos, que suelen ser decisivos para el desarrollo de la misma, dejando a la imaginación del lector la tarea de componer los detalles que podrían ser considerados "superfluos" y que, junto a los hechos narrados en el relato, compondrían un cuadro mayor. Los hechos narrados en el relato pueden ser de ficción (cuento, epopeya, etc.) o de no-ficción (noticias). El relato es una estructura discursiva, caracterizada por la heterogeneidad narrativa, y en el cuerpo de un mismo relato pueden aparecer diferentes tipos de discurso.
En general un relato es resultado de la inspiración inmediata (en este sentido comparte su génesis con la poesía), a diferencia del cuento en donde todos los indicios deben llevar indefectiblemente al nudo y luego al desenlace y por ende requiere un trabajo previo del autor.
De todas maneras, el termino relato es en general poco preciso y la mayoría de los analistas y escritores no hacen ninguna diferencia entre ambos términos (cuento y relato)
Algunos autores utilizan el término relato para describir aquellos textos breves en donde no hay una línea argumental precisa o no lleva necesariamente a un punto de tensión como en el cuento. Otros autores lo refieren cuando hablan de textos breves (es decir menores a una novela) pero que incluyen capítulos. También lo utilizan algunos como un género intermedio entre el cuento y la novela. En este sentido podría intercambiarse con el término de nouvelle, aunque se prefiere utilizar este último para textos de una longitud intermedia pero con diversas líneas argumentales, personajes, etc.
El relato, a diferencia del cuento, admite elementos de no ficción. En este sentido, el relato podría ser un género limítrofe entre lo estrictamente artístico/literario y por ejemplo lo periodístico o lo ensayístico.